El impacto y el coste emocional del abandono es muy alto, el vínculo que tenía el perro con su familia (incluso si este se encontraba debilitado), desaparece de forma inmediata e inesperada.
El animal no entiende por qué han desaparecido, tampoco sabe qué les ha ocurrido y el sufrimiento suele conllevar episodios de pánico y ansiedad. De repente, todo su mundo cambia, a partir de ahora vivirá encerrado en un lugar desconocido y con otros ejemplares que podrían no mostrarse conformes con su presencia, el estrés hace mella y la irritabilidad puede conllevar a que surjan los primeros confrontamientos.
Quizás ha sufrido maltrato físico o quizás haya estado sometido a un maltrato psicológico que se ha acentuado con el proceso de abandono.
Cuando tu vida cambia de una forma tan drástica, es normal que la desconfianza hacia el resto de seres vivos esté presente, así como que estados emocionales negativos y estados de depresión y apatía se apoderen de tu día a día.
Artículo escrito por Noemí Haro, fundadora de Ulises y Argos. Noemí se define como facilitadora de sueños y creadora de cursos del mundo animal.

«Soy viejoven, nací en los años 80′ rodeada de naturaleza y en medio de una familia multiespecie que me inculcó un gran amor por los animales. Mi objetivo con Ulises y Argos es fomentar el trato respetuoso dentro del mundo del perro y potencial el emprendimiento canino en femenino»
Cuando adoptamos un perro nos olvidamos de todo el proceso que ha experimentado en la perrera o, en el mejor de los casos, en la protectora o en una casa de acogida. No llegamos a entender cómo regalándole una nueva vida repleta de juguetes y pautas que facilitan su bienestar no conseguimos que su estado emocional y salud mental mejoren de forma inmediata.
Obviamos la cantidad de cambios a los que se ha visto sometido, siendo la llegada a un nuevo hogar el mayor de todos los retos. Empezar de cero, confiar, perder el miedo a que un día todo desaparezca, recuperar la autoestima e intentar crear un vínculo que no esté basado en una dependencia ligada a la frustración y al miedo de un nuevo abandono.
En muchas ocasiones no entendemos por qué el perro tiene miedo al coche pero ¿te has preguntado cuál fue la última imagen que vio antes de sentir el abandono? ¿pudo ser el coche de su familia mientras se alejaba? ¿ha asociado el coche a un posible abandono? ¿son demasiado duros los recuerdos cuando se encuentra en el interior?
Muchas veces me encuentro con familias que les da miedo adoptar un perro, especialmente por no saber su pasado y temer que esa etapa haya provocado algún comportamiento desadaptado… Sin embargo, la realidad es que tanto los perros que provienen de la compra como aquellos que provienen de la adopción pueden sufrir, o no, desequilibrios relacionados con su salud mental.
Dicho esto, no podemos obviar que saber lo que ha sucedido en el pasado puede ayudarnos a comprender lo que ocurre en el presente; sin embargo ¿empatizamos lo suficiente con aquellos perros que llegan a nuestro hogar? ¿o nos obsesionamos con sucesos históricos obviando los que deberían ser más evidentes?
¿Qué secuelas puede tener un perro que proviene de la cría irresponsable? ¿y uno que se envía por transporte urgente? ¿qué traumas puede desarrollar un perro que entra en un centro de adopción? ¿y uno que proviene de una línea en la que su genética no es adecuada?
Se ha hablado mucho de los perros que provienen de la compra, así que hoy voy a centrarme en los perros que llegan a nuestro hogar tras la adopción, quiero que hagamos un ejercicio de introspección y que nos pongamos en sus patas, hablemos de un tema que todavía es tabú: las implicaciones de su paso por perreras y protectoras.
Las perreras y su impacto en los perros adoptados
Este tipo de centros está subvencionado con medios públicos o, lo que es lo mismo, cuentan con un bajo nivel económico para hacer frente a la cantidad de animales que llega cada día a sus instalaciones.
Por desgracia, las partidas presupuestarias que se destinan a las perreras son ínfimas, lo que conlleva que en muchas ocasiones el estado de los perros que se encuentran en ellas no sea el adecuado:
- La alimentación suele ser justa o escasa, compuesta por piensos de baja calidad que no contienen los nutrientes necesarios. Esto se traduce en posibles problemas de salud, de comportamiento, relacionados con intolerancias y con alergias alimentarias. Ahora pregúntate por un momento ¿cuál sería tu estado emocional si pasaras 15 días comiendo alimentos de mala calidad y/o en cantidades ínfimas? ¿y si alguno de ellos te provocara intolerancia o alergia? En los perros, esto puede traducirse en coprofagia, ansiedad por el alimento, comer telas, ingerir calcetines, chupar y mordisquear paredes, hiperactividad, depresión, irritabilidad, estrés crónico, problemas de salud…
- Los cheniles suelen ser espacios reducidos con un gran número de individuos. Por otro lado, no suele realizarse un análisis del carácter de los perros que conviven juntos, lo que generalmente provoca roces entre ellos ¿Cómo te afectaría convivir con alguien que no te gusta, que te da miedo o que te agrede? Las consecuencias para los perros pueden ser la sensibilización a otros ejemplares, el aislamiento social al no tener un adecuado contacto social con otros seres vivos, hiperexploración, o incluso todo lo contrario (nula exploración), miedo al exterior por sentir el canil como el único sitio “seguro” etc.
- La climatología que sufren no suele ser la más adecuada, lo que impide un descanso reparador y necesario para el bienestar de todos los mamíferos ¿De qué humor te levantarías si has pasado mucho frío o mucho calor por la noche? Debido a climatologías extremas, el perro puede sufrir problemas de salud (especialmente relacionados con las articulaciones), irritabilidad…
- La salud de los perros que pasan por las perreras no suele ser uno de los temas de mayor relevancia en ese tipo de centros, por lo tanto, en muchas ocasiones no reciben los tratamientos, vacunas o desparasitaciones necesarias ¿cuál es el impacto de sentir debilidad o enfermedad de forma continuada?
- La limpieza de los caniles debe realizarse de forma periódica y con los perros fuera del chenil, sin embargo, en ocasiones se realizan sesiones de limpieza con mangueras de agua a presión con los perros en el interior o demasiado cerca. La falta de limpieza o la limpieza inadecuada puede conllevar a que los perros desarrollen problemas de coprofagia, falta de bienestar que derive en desequilibrios, problemas de salud o estados emocionales negativos.
- El personal de las perreras, como norma general, no se caracteriza por una gran empatía hacia los perros que se encuentran en el centro. Siempre hay excepciones, pero cabe preguntarse ¿cuál sería tu estado emocional si tus cuidados dependen de una persona que te da miedo o a quien no le interesas? Además, la captura inadecuada o la falta de lectura de la comunicación del animal puede provocar, incluso sin quererlo, problemas comportamentales
Las protectoras y las condiciones de los perros adoptados
En este caso, las protectoras suelen contar con medios privados y donaciones o subvenciones públicas; por lo tanto, aunque el dinero que llega no es suficiente, suelen contar con más aportaciones o, en su defecto, con una gestión más eficaz que les permite buscar alternativas para mejorar el cuidado de sus animales:
- La alimentación de las protectoras tampoco suele estar compuesta de piensos de alta calidad, sin embargo, en términos generales suelen poner más atención en que no surjan intolerancias, alergias y que la cantidad que reciban sea la adecuada.
- Los cheniles suelen contar con un gran número de individuos, aunque en este caso suele tener en cuenta el comportamiento de los perros que conviven en ellos. Sin embargo, en muchas ocasiones las protectoras no cuentan con personal especializado en educación canina y eso conlleva a que los pequeños roces no puedan detectarse y que, a largo plazo, surjan desequilibrios emocionales.
- La salud de los perros que pasan por las protectoras suele estar más supervisada que en el caso de las perreras, pero no debemos olvidar que cuando surge un brote de parvo o similares es muy complejo aislar a todos los ejemplares, lo que puede conllevar cambios, pérdidas o contagio de enfermedades que podrían afectar al comportamiento del perro.
- La climatología que sufren los perros que se encuentran en protectoras no suele ser la adecuada, exponiéndose normalmente a un frío o un calor extremo que les impide descansar, lo que afectará con total probabilidad a su comportamiento.
- La limpieza, en este caso, suele hacerse con mayor periodicidad y con los perros alejados del estímulo, lo que evita el desarrollo de miedos o similares.
- El personal que trabaja en las protectoras suele contar con gran empatía por el mundo del perro, sin embargo, no todas las personas que trabajan en protectoras cuentan con formación especializada en el mundo animal, lo que conlleva que puedan gestarse problemas de salud mental difíciles de detectar por personal no especializado.
- Por último, estas entidades suelen contar con casas de acogida que mejoran los puntos anteriores, sin embargo, estas familias no tiene por qué tener conocimientos de educación canina, por lo que es fácil que en estas etapas se tiendan a ignorar todos los desequilibrios que podrían haberse producido en el perro durante su estancia en la protectora y que la falta de tratamiento haga que el problema se enquiste en el animal.
Como ves, cuando adoptas un perro puede que no lo sepas todo, quizás ignoras parte de su pasado, sin embargo, ahora ya sabes lo suficiente para empatizar y respetar sus tiempos, para empezar a trabajar y a ayudarle. Pero por favor, recuerda que un perro también tiene su historia, también merece disfrutar de la vida, así que no olvides lo siguiente, ningún perro se merece pasar por el trauma del abandono, y mucho menos por segunda vez:
- Un perro no es sacarlo tres veces al día, es disfrutar de cada momento multiespecie
- Un compañero canino conlleva gastos de salud, educación y cuidados
- Como buenos peludos, sueltan pelos (y aviso, no hay aspirador que pueda con ellos)
- Un perro no es un complemento para hacerle compañía a tu actual compañero canino. No hay mayor error que adquirir un segundo animal pensando que va a solucionar los problemas del primero
- Los perros, dependiendo de su tamaño y constitución, pueden conllevar ciertos requisitos a la hora de viajar o de convivir en sociedad, no olvides consultarlos
- Los perros también tienen gustos y decisiones. Si no eres una persona activa, asegúrate de que tu compañero canino tampoco lo sea… y a la inversa… no hay nada peor que obligar a un perro a hacer caminatas eternas cuando detesta hacer maratones
La adaptación del perro adoptado
Si has adoptado o estás pensando en adoptar un perro, quizás que te estés preguntando cómo puedes ayudarle. A continuación te dejo algunas pautas para hacer esta transición más agradable:
Antes de que el perro adoptado llegue al hogar:
- Piensa cuál es la zona más cómoda para que duerma ¿en camas y sofás de la familia? ¿una cama canina? ¿un transportín? ¿una jaula?… Si quieres un consejo, no utilices las dos últimas opciones; en su lugar, coloca una cama canina en una zona agradable y permítele también acceso a camas y sofás de la casa, de esa forma se sentirá más cómodo y confiado a tu lado y, si lo desea, también podrá decidir disfrutar de un momento de soledad en su camita.
- Busca una zona adecuada para el agua y el alimento, pautando este último entre dos o tres tomas diarias. Eso le ayudará a reducir el estrés y a comer con menos ansiedad.
- Elige juguetes y premios alimenticios que puedan ayudaros a realizar estimulación mental. Pero cuidado, analiza que le gusten, que sean adecuados a su potencia de mordida, que le sienten bien a nivel de salud y que no le pongan nervioso o le creen frustración.
- Selecciona una alimentación que sea adecuada a sus necesidades, yo soy muy forofa de la dieta natural, pero hay piensos de gama alta que también cumplen muy bien su función.
- Analiza los peligros que pueden existir en el hogar y elimina todas aquellas cosas que pueda romper; los primeros dias es normal que aumente el estrés y podría ingerir objetos que fueran perjudiciales.
Una vez en el hogar, empatizar con el perro adoptado
- Crea rutinas flexibles que le den seguridad y predecibilidad, pero que no sean estrictas, no queremos militarizarlo
- Utiliza preferiblemente arnés y correa larga, el collar puede sensibilizar la zona del cuello y restar calidad a los paseos. Lleva a tu perro a probar el material, las medidas en este tipo de material son muy importantes para salvaguardar su comodidad.
- Haz una ruta guiada con premios para fomentar el olfateo por el hogar y el vecindario, eso le hará descubrir los espacios de forma segura y relajada
- Analizar su comunicación y emociones…respetando sus tiempos y sin agobiarle
- No lo castigues, tampoco hables alto y evita asustarle o ponerle nervioso, no queremos aumentar el estrés y menos en estos días
- Deja que se acerque a ti, puedes promover el acercamiento con olfateo, pero nunca agobiarle
- Si te acercas hazlo en las posiciones adecuadas.
- Conoces su camino, ponte en sus patas, entiende y valida sus emociones
- Haz salidas progresivas del hogar y practica ejercicios de individualidad con olfateo
- Realiza paseos de calidad, teniendo en cuenta que a veces los pipís en el exterior cuestan por problemas relacionados con el miedo, ten paciencia
- No le fuerces a interactuar con otros individuos, analiza y elige sus amistades
- Trabaja cuando sea necesario, pero hazlo progresivamente y conviértelo en un juego
- Descubre nuevos lugares, siempre que estos no sean perjudiciales
- No le sobre estimules, los programas de enriquecimiento y propiocepción son muy beneficiosos, pero probablemente no haya tenido ningún tipo de estimulación en la perrera o en la protectora, implementa estos programas de forma progresiva.
- Dedica momentos de juego, de cepillado, de conciencia y disfrute entre ambas especies
- No lo sueltes sin mejorar antes el vínculo y de que se sienta cómodo en el hogar, de lo contrario, corres el peligro de que se escape y se ponga en peligro
Por último, no olvides que todo es posible, solamente hace falta empatizar y trabajar con tu perro, siendo el tiempo de adaptación de los perros adaptados de aproximadamente tres meses.
Muchas vidas están esperando a ser salvadas ¿a qué estás esperando?